Te he buscado en las
ciencias y en las artes,
en la meditación y en el
estudio,
en el trabajo, el ocio, en
el reposo,
en la amistad, las armas,
la familia,
los viajes, las montañas y
los mares.
Tal vez no tuve olfato
para hallarte.
Mas, tacto y gusto tuve al
preguntar,
si alguien, de tu
existencia, había oído.
No recibí respuesta
convincente.
Pero, a la vista está, que
sigo en ello.
En el tramo final del
recorrido,
pensaba, quizás sea:
un mito, una utopía, un
imposible
hallarle una razón, algún
sentido
a esto que definimos como
vida.
¿Acaso es un engaño, una
condena,
un cuento, una ilusión, quizá
un teatro?
¿A qué pecado viene tal
castigo?
Hoy miro atrás y veo
que como hubo un principio
habrá un final
y es siempre hacia delante
su sentido.
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