jueves, 2 de octubre de 2014

ROSEBUD

Un movimiento leve,
-de mi mano de niño-
desataba, en la bola
una ventisca suave
que detenía el tiempo.
Nevaba en primavera.


Acumulando olvido.
Oculta de mi tacto.
A su manera, humilde,
me muestra mi destino.
En invierno, no nieva.

¿Qué perdí?. No comprendo.

Con mis manos ardientes
he fundido la nieve.
No gira el torbellino.
El viento tiene precio.

De nuevo,
me encuentro donde estaba:

Al pie de la escalera.




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