martes, 14 de enero de 2014

¡Feliz Año!


Cuán afligida el alma tengo en vilo
por más que la pereza la sostiene,
que no hallando salida, se entretiene
y postrado me deja con sigilo.

Llegando está el momento, al que me inclino,
-en que  rebose el mar que se contiene
que pueda ser si no, que me envenene-
de vaciar con ímpetu divino.

Pareciese el ayer que mi recuerdo,
igual que la galena haya teñido
tal es el modo mismo en que me enlerdo.

Regale mis oídos el sonido
del impetuoso río en que me pierdo
cuando, en tal catarata se ha venido.
  

 

Tumbado en el sofá,
-uno de enero-
mirando al mundo estoy
tras de mi Samsung.
Ayer –hasta las mil-
¡menudo clavo!
lo veo todo gris,
me estoy meando.

Por fin me he decidido
voy al baño.

Que placer da que salga
por el caño,
el cava y los cubatas.

¡Feliz Año!





 

lunes, 6 de enero de 2014

El verso que, perdido, fue encontrado.


Estaba en mi intención que, un gran poema
supliese, a lo comprado, cual regalo.
Y no es que considere como malo
el consumir y hacerlo por sistema.

Que cada quien resuelva su dilema
que no hallarán en mí ni el varapalo,
ni de mi boca oirán que yo lo avalo.
Lo cierto es que en sí mismo, no es problema

Pero como decía, mi intención
era que, por entero, este soneto
fuera a una persona regalado.

Por la azotea –achaco a mi intuición-
que se ha marchado el fin de este terceto:










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