lunes, 25 de febrero de 2013

ELLA


Siento que preocupado
estoy desde hace un tiempo.
 
Que me acuesto temprano
y pronto me despierto.

Lentamente preparo
mi desayuno entero.

Mi zumo, mis tostadas
y el café – por supuesto-
con leche desnatada.

Y Ella, sigue en la cama.

Al rato sale el sol.
Y es en ese momento
cuando al fin se levanta.

Juntos el día estamos.
Y así nos acostamos.

Algún día, me temo
el sol se ha de olvidar
de nuestra cita.

Y así se ha de quedar
dormida y sola
aquella que es: Mi Sombra.



domingo, 24 de febrero de 2013

UNA SEMANA DE INFARTO


Tantas veces pensamos o así nos referimos
cuando las circunstancias, arrastran desbocadas
nuestra vida diaria, sin pausa y agitada.
De esta forma nombramos cual es el torbellino.

Mas por haber pensado no habría sido escrito,
si en vez de alegoría surge como cascada
cabalgando a horcajadas, en el pecho, la Parca.
Ni cuentan las preguntas ni haber sido advertido.

Siendo eterno el futuro, en segundos lo mido.
Ardiente como un sol mi corazón se calma.
El resto de mi ser como la tundra helada.
Echada está la suerte. Hoy decide el destino.

La postura serena de quien todo lo ha visto.
Mirando al horizonte, la vista descansada.
Viajando interiormente, con la memoria intacta,
deseo ir levitando, volando por mis sinos.

Y si a elegir me dieran, los dioses del Olimpo
de Morfeo sería su defensa, su adarga,
pues que todos mis sueños, ambiciones ansiadas,
aún dormido, parece, que en total se han cumplido.

De manera consciente asumo que termino,
que he soñado una vida o viví la soñada.
Las penas y alegrías que rinden la balanza
son bagaje completo de lo que he vivido.

Podría suponerse que mis armas hoy rindo.
Que ha sido un trago amargo de hiel envenenada.
Mas, aún convaleciente de mi vida pasada,
nadie podrá decir que el porvenir esquivo.

Parece que la Muerte ha llevado consigo
de mis vidas, aquella, la que fue más amada.
Aquí de nuevo nazco. Resurjo de la nada.
Ésta es mi última vida. El fin de mi camino.

Otro nuevo comienzo, otro futuro mío.
A nuevas experiencias, tengo abierta mi alma.
Esa que he desgranado, dejado sin coraza.
Me ha besado la Muerte, por eso sé que vivo.




domingo, 3 de febrero de 2013

CARIBE


“La Reina y yo...”

-Esta frase me encanta.
Será porque el monarca
ya no menta a “la griega”
y... poco a las infantas-


¿Donde iba...?
La Reina y yo..., decía.
Pues eso, que ambos dos,
al año, una semana
de relax en “low cost”
el Caribe nos llama.

Éste año hemos pensado
pasarla en nuestra tierra.

Varios son los motivos
que fuerzan esta opción;
la merma de reservas
sin duda es la mayor.

Mas siendo positivos
pensamos que es mejor
rellenar con arena
toda la habitación.

De navidad, el pino
-a falta de palmeras-
lo pondré en un rincón.

De tumbona, la cama.

Y del mar, el sonido
del baño: la cisterna.
-Al final de semana,
tendré que repararla-

Será un “Todo Incluido”

No será Punta Cana...
 
Pero a ver quién nos gana,
que el país en que vivo
aún siendo monarquía,
(república soñada)
es la más bananera
de todas “Las Españas”



viernes, 1 de febrero de 2013

LA LEY


¿Os habéis dado cuenta que en las leyes
abunda más la prohibición, que el hecho
de cumplir con el pacto. Que el derecho
si fuese “izquierdo” nos haría reyes?.

Que el errar, se paga con la pena
pero solo, si descubren tu error.
Al contrario, si tras el velo queda
todo son alegrías y destrezas
y podrías disfrazarlo de amor.

Cómo poder creer en la justicia
si al mismo veredicto llaman: fallo
Que somos ciudadanos, no vasallos.
personas con orgullo, no franquicias.

No hay duda que las leyes son iguales
para los indigentes y los nobles
pero esa diferencia en el lenguaje
-que distingue a los ricos de los pobres-
hace que en la justicia haya ordinales.

Un burro enjaezado no es caballo.
Mas si nuestra ilusión es el desfile
admiraremos más a quién perfile
la estampa del ajuar del papagayo.

Así es que la apariencia, el trapío
obnubilan con tal fuerza los sentidos
que ante los oropeles nos postramos
como si nuestro Ser fuera humillarnos.

No confío en la justicia del Estado
Ni en las leyes que cubren con su manto
al corrupto, al poder adinerado.

Cabalgan a sus anchas los jinetes.
A latigazos, la fuerza del trabajo
convierten en esclavos por su mano.



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