lunes, 18 de noviembre de 2013

Pâté


Ya de par de mañana, el cafelito.
Un anis pa´ entonar y unos churritos.
Y para entrar al tajo, un orujito.

A la una el vermú y su pinchito.
Para comer lo justo y postrecito.
El porrón, que esté lleno, el de dos litros.
Y eso si, que no falte, el completito:
otra vez cafelito, y un traguito
y a poder ser, cubano, el purito.

Cuando ya cae la tarde, los amigos
nos juntamos y vamos de vinitos.

Cenando me trasiego, en vino tinto
la botella pequeña, la de litro.

A la hora de acostar tomo un chupito
o dos o tres, pa´ que entre el sueñecito.

Como verá doctor, le aseguraba
que era en sí, lo normal, lo que tomaba.
Así que no comprendo por qué llama
a mi hígado, “fuagrás” esta mañana.




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