martes, 2 de julio de 2013

LA FOTO


Ayer hice una foto.
Era un paisaje.
Un prado en el ocaso
con el mar
profundo y calmo.

En casa ya
al revisar, del día, el trabajo,
veo que un animal, solo un retazo,
asoma en una esquina
del retrato.

¿Cómo no me di cuenta?
La cámara,
¿acaso tiene un fallo?
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Al tercer día,
viendo de nuevo
la fotografía,
claramente,
se aprecia que es un gato.
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Hace ya una semana
que tomé la instantánea.
Al verla nuevamente
me incomoda.
Pues el gato
parece que ha crecido
y sus colmillos
se muestran desmedidos.
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Se cumple un mes.
El campo, el mar, el sol
de rojo están teñidos
y del gato
no se ve ningún rastro.

Oigo en la radio
que en mi barrio
un extraño animal
ha sembrado el terror,
asesinando
los derechos del pueblo
y su trabajo.

Así que, en el futuro, he prometido,
no hacer fotos de prados en ocasos,
ni de mares
que a la vista resulten
ser profundos y calmos.






 

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