Decía Don Emilio a Don José:
“En su fondo profundo, el ser humanoes malo cuanto cabe y si pudiera
aún peor lo sería ¡sin dudarlo!”
Don José replicaba con candor:
“Del alma el bien nos sale, amigo mío.Y es más, que la bondad es la intención
que brota sin parar del corazón.”
Científicas razones perseguían
con las que defender cada opinión.
Aquellos pensamientos tan opuestos
nadie diría que correspondíana dos almas que todo compartían.
Tal era el grado de conocimiento
del uno sobre el otro y viceversaque en los carnés de ambos se leía:
Don Emilio José Gutiérrez Díaz.
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