Van para treinta y cinco...
Singladura
que dichosa y felizcomo la espuma,
navegamos
unidos, enfrentando
vendavales
zozobras
y venturas.
Al cabo, desde el fondo
una burbuja,cual iceberg helado,
provoca una abertura
en el brillante casco,
que soñado,
creímos ver bajel
siendo chalupa.
En la sentina,
del capitán, su vozsuena con ira:
“Vuestra es la culpa
ociosa plebe inculta.
Aligeremos carga ¡por babor!
que si atisbo una duda
lo haré por... estribor”
Reunida
la Junta que gobierna,requisan del pasaje
su coraje
como sus pertenencias.
Arguyendo
que de la mar
la calma,
ha de venir
si al armador se salva.
La nave, ya escorada
enfila el rumboal abismo profundo.
Allá en la lejanía
se vislumbraun bote salvavidas.
Alejando
al capitán, al armador,
...la cobardía,
cubiertos con los bienes
requisados.
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