lunes, 10 de septiembre de 2012

EL VIEJO


Un barco en la lejanía.
Entre la arena mis pies.
Un pensamiento que gira.
Mi pluma sobre el papel.

Un anciano se me acerca.
Amablemente saluda.
Sin esperar mi respuesta
y sin atisbo de duda
sus posaderas asienta,
tan cerca, que mi postura
he de variar por mi cuenta.

 ¡como son estos mayores!

 Expectante,
se me hace eterno el momento
¡uff!
... parece que rompe el hielo...

- el calor ha sido intenso...

¡vaya!... pienso
“Un viejo hablando del tiempo”

- me alegra verte escribiendo.

Que incómodo sentimiento.
No parece muy correcto
ni el modo ni el tratamiento.

Vuelve a haber otro silencio...

- del horizonte hacia arriba
¿qué ves?

Sin pensar, respondo: “el cielo”

“¿que interés tendrá en que escriba
o que el cielo le describa?”

- la gente, en su mayoría,
como tú contestaría.
Mas el azul es reflejo,
sin aire, no existiría.

Fijándonos con acierto
el Cielo, es un sentimiento.

“este anciano,
¿tendrá algún conocimiento
de lo que vivo por dentro?"

Me inquieta su sintonía.
Resulta poco habitual
que así, de forma casual,
alguien que no conocía
-sin pasar por el ritual,
sin cumplir la pantomima-
Hable de lo conceptual”

- ¿tienes agua?... estoy sediento.
Será que el paso del Tiempo
no sacia el requerimiento.

“creo yo que es el calor”

Le alargo, para que beba
agua con gas, en botella
que compré para el ardor.

Al asir el recipiente
su mano toca la mía
pero yo aseguraría
que no es solo un accidente,
pues alarga el incidente
más de lo que debería

Hay tensión en el ambiente
pareciendo inteligente
“¿Está poniendo mi hombría
en duda, con su manía?”

- ...parece que lloverá

Vuelta al tiempo... ¡estos viejos!
Te acribillan a consejos
o hablan de los azulejos
de las obras... o los nietos.

- es hora... ha sido un placer.
Nos volveremos a ver
antes de lo que tú crees.

Cuando vuelvas al hotel
mira en un espejo fiel.
Hasta pronto... Luis Miguel-

“¡que descanso!, ya se ha ido
...y no tengo nada escrito.

Algo raro ha sucedido
que me ha dejado intranquilo.

 
La lluvia,
ha comenzado a caer.

Me doy cuenta al recoger
que, seguro, sin querer
se ha llevado mi botella
dejándome con la sed.


De nuevo en la habitación
-que pronto abandonaré-
repaso con intención
si del anciano una huella
hay en mi imaginación.

 
-¿cómo sabia mi nombre?
¿cómo el suyo yo no sé?
¿como intuyó ese hombre
que me alojaba en hotel?

Recordé lo del espejo.
Al baño me apresuré.
Allí sobre la encimera
del lavabo, una botella
de agua con gas encontré.

Antes de pensar siquiera
la imagen de aquel espejo
me transportó a la vejez.

Estaba claro que el viejo
era el vívido reflejo
de lo que un día seré.
 

Al lado de la botella
una nota que aún no he escrito
fruto de mi puño y letra

 
-de prejuicios y complejos,
has de vaciar la mente.

Pues no se calma la sed
sin sacar, del recipiente
el volumen conveniente-





domingo, 9 de septiembre de 2012

EL JAMÓN Y LA MOJAMA


Se describe la mojama
como atún en salazón.
Así su conservación
sin tecnología alarga.

Su volumen reducido
se explica porque ha perdido
el agua entre sus tejidos
 

El ojo del refranero
-más perspicaz que la ciencia
que basaría en herencia
lo que solo es apariencia-
retrata en modo agorero
que "la mujer, con la edad,
se ajamona o se amojama”
... y ni presenta un diagrama
ni hace de ello una soflama
ni expone que sea un drama
lo que les pasa a las damas.




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