jueves, 7 de junio de 2012

VECINOS

Las seis de la mañana
y ya despierto.

Anoche trasnoché
y sin embargo
estoy con unos ojos
como “platos”.

Comparto el bloque
con solo dos vecinos

Tanto el del ático
que vive por encima,
como el del entresuelo
que lo tengo debajo,
para mí,
que son de alguna secta

Sinceramente,
no sé a qué se dedican

El de arriba
que todas las semanas me regala,
además de una sonrisa, una manzana.
Pero eso sí
me advierte vehemente
que es solo para verla
y no para comerla.

Ya se que suena raro,
pero ahí tengo tres cajas
repletas y apiladas
que sin rastro de moho se conservan

Seguro que utiliza un ingrediente
que las hace brillar perennemente.

A este anciano,
le sigo la corriente.
Creo que desvaría.
Vamos ¡ ... que de sus actos,
me da, que no es consciente.

El que si me preocupa es el de abajo
Que pestazo
sale por el respiradero de mi baño.

Es igual que el olor del azufre.
yo no se como aguanta,
pues, mas que yo,
supongo que él lo sufre.

Además,
para más “inri”, está el problema
del ruido que produce.
Diríase que en una habitación,
tiene instalada, una fundición.

Ahora caigo
por qué me he despertado.
Ha sido el ruido
el que me ha desvelado

El próximo día que les vea
fumando un cigarrillo en el rellano,
les diré que el humo me molesta
y además
que no es hábito sano.

Envidia me provoca,
verles siempre,
en animada charla enzarzados.
Más que como vecinos,
como amigos,
hablando de lo divino
y de lo humano.

Dios me libre
de meterme en sus vidas,
no quiero que me tomen por “cotilla”.

No obstante,
a mí me gustaría
preguntar al de abajo
por qué lleva un tridente en la mano.
Y esos cuernos...
bueno...
quizá estuvo casado.

Y al de arriba
¡Qué diantres! Significa
el triángulo y el ojo
que siempre lleva encima.


Ya son las siete
tendré que ir al trabajo.
En cuanto pueda,
me mudo a un adosado.
Que de azufre y manzanas
ya estoy un poco harto.

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