viernes, 8 de junio de 2012

EL BARDO


Decidiose a declarar
un imberbe enamorado
su amor de forma veraz

Con la cítara colgando
dispúsose como un bardo
a su amada encandilar


-“Esta noche amada mía
suplico que me permitas
esta cítara tocar”


Desde el balcón la doncella
divisaba las estrellas
haciéndose de rogar


-“Parece que un bardo llama
y cítara en mano clama
que se la deje tocar.

La cítara me ha citado
mas no la veo colgando.
O te la veo ... o te vas”


-“La cítara entre mis manos
como siervo enamorado
a vos se la he de enseñar”


-“La penumbra no me deja
ver su tamaño y mi reja
no me permite mirar”


-“Que fastidio, mi destreza
por la culpa de su reja
no ha de poder admirar.

Pienso que si le interesa
mi cítara por su reja
yo podría atravesar

Así con sus blancas manos
la cítara de este bardo
vos la podríais tocar”


-“Buena idea, me interesa.
Tu instrumento me embelesa
con mi boca he de besar”


-“Si vos la toca y la besa
mi cítara, aun siendo aviesa
seguro se hará notar”


-“Vaya instrumento – el del bardo-
hace tiempo que yo aguardo
una cítara abrazar

Parece madera dura
y son sus líneas tan puras
que quiero hacerla sonar”


-“Entre sus piernas acoja
mi instrumento que rebosa
placer de a su lado estar.

Suave y con delicadeza,
al comienzo. Con fiereza
justo al final le ha de dar”


Tal fue el placer que la dama
a la cítara a la cama
la llevó para gozar.

Para si se dijo el bardo:

-“Este ha sido un trago amargo
que ya no podré olvidar.
Está claro que a la dama
lo que más le interesaba
no era mi arte admirar”




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